75. Pérdida
¿Herida de gravedad? Había muchas cosas que Ronalda debía decírsele pero…pero esto no se lo esperaba.
Su rostro se inunda en pánico al imaginarse a Ronalda en un estado delicado, y el corazón late con más fuerzas.
—No…—pronuncia Clara—, Ronalda no puede…
Ryan le hace un gesto a Arthur para que se retire. En menos de un segundo Ryan la vuelve a sentar buscando su mirada.
—Cielo —Ryan le coloca sus mechones largos y negros detrás de las orejas—, Clara.
—Tengo que verla, Ryan —Clara toma sus dos manos también—, Ronalda, ella —en la garganta se atoran las palabras y respira para poder decirlo—, ella fue quién me ayudó a traer al mundo a nuestros hijos.
Ryan al principio parece ligeramente pensativo pero Clara vuelve a hablar.
—Y fue la única que sabía lo de Naia. Me…me lo ocultó —lo peor de todo era que ni siquiera había recibido una buena explicación de Ronalda—, ese día que di a luz fue el mismo día que fuiste electo presidente. Y yo vivía en un apartamento en un barrio de la ciudad y