Marcos no encontraba cómo responder a las palabras de su hijo, no podía decirle que estaba conversando con Lía porque se suponía que no se hablaban e iban a divorciarse, entonces, lo pensó y concluyó que la mejor forma de evitar responderle era mostrándole su autoridad como padre y debía hacerlo con firmeza.
—Marco, aquí el padre soy yo, no puedes entrar al baño de esa manera a exigirme explicaciones, porque no tengo la obligación de hacerlo, por favor sal de mi baño y respeta mi intimidad —expuso en voz sería.
El niñ0 lo vio al principio con un deje de sorpresa, "¿Qué le pasa al déspota nunca fue tan firme al dirigirse a mí? Algo no está bien", se dijo recobrándose de la sorpresa.
—Solo voy a decirte algo papá, no sigas abriendo más brechas entre mamá y tú, no separes a nu