NARRADOR
En la parte de afuera de la oficina del dueño de la empresa todos se observaban preocupados, pues conocían el carácter del esposo de Danko. Sus gritos y reclamos se escuchaban por todo el piso.
—¿Por qué mierda te fuiste? ¿Sabes cómo me sentí cuando encontré la cama vacía? Te llamé varias veces y nada que contestabas, carajo. Mensaje tras mensaje y nada, silencio absoluto.
Adentro de la oficina estaba un esposo histérico reclamando.
—¡Tenías una reunión muy importante! Gracias a Dios, que me hiciste caso en darme ese poder. Porque si no, todo el negocio con esas personas se iba a la mierda. ¡Tuve que mentir! Tuve que decir que amaneciste con fiebre.
Danko no hablaba, no respondía a esos reclamos, simplemente miraba a Alexander y escuchaba todo lo que decía. Cuando lo vio que se le acercó con una mirada asesina para preguntar entrecerrando los ojos.
—¿Dónde estabas? ¿Con quién te quedaste toda la noche? ¡Habla!
Danko inhalo profundamente y exhalo para decir calmadamente.
—Anoc