NARRA ALEXANDER
No estaba tan de acuerdo que me trajeran a esta clínica psiquiátrica. Sin embargo, Danko me convenció de que sería lo mejor para ayudarme con esas malditas pesadillas que me aterran. Ya estaba temiendo cerrar los ojos para dormir. Veía a ese hombre reír con su mirada de odio sobre mí. Las paredes se cerraban para atraparme entre ellas. Estaba realmente asustado con mi situación.
Cada vez que el médico me llevaba a su consultorio me hacía mirar ese péndulo y solamente recuerdo que me daba mucho sueño y que cuando despertaba me sentía mucho más tranquilo. La compañía de mi esposo me tenía lleno de confianza. Danko estaba ahí para mí. Para protegerme. La última vez que desperté note a Danko que estaba junto a mí. Observé a mi alrededor y me llene de paz, no sentía temor alguno. Era como si volviera a nacer.
Cuando regresamos a casa yo venia en el auto muy feliz, Danko me besaba, me amaba, mi mente estallaba de alegría. Estaba ansioso de ver a Alessa, de volver a tocar su