NARRA ALESSA
Ver sus expresiones de haber sido agarrados en situación embarazosa, ambos estaban sonrojados y con la boca abierta, entonces Serena se animó a hablar
—Alessa, yo... ehm, yo, Dios mío
Intervine para decir
—Serena, estoy segura de que esto (hice una pausa) esto es culpa de Danko
El ginecólogo estaba en silencio, a lo que seguí diciendo
—He sido testigo de la forma en que te trata, mira ahora mismo, te dejo ahí sola, sin siquiera regresar su mirada o acercarse a ti para pedirte disculpas de que va a irse o que va a regresar pronto, ¡nada! Solo... se fue, ¿y tú qué? ¿acaso eres... una estatua?
Entonces el ginecólogo se levantó del sofá para recalcar
—Eso es lo que le digo: ese hombre no la ama, no le da su lugar. Para Él, su esposo es su vida y... ella, ah, quisiera ir a golpearlo por tratarla de esa manera
Entendí que ese hombre se había enamorado de Serena y por lo que vi, ella también, Danko va a perder una valiosa mujer, una mujer que siempre lo ha valorado, lo h