Florentino
Hmmm... Giulia quiere verme urgentemente. Me pregunto qué querrá mientras cuelgo y me vuelvo hacia Enzo. Recibimos información de que estaba preguntando sutilmente por ahí dónde estaba la nueva residencia de Franco.
—Dime, ¿qué quiere Sal con Franco? —pregunto.
Enzo me mira con calma. Conozco esa mirada. La he visto antes. Es la mirada de los hombres que han dejado de pensar por sí mismos porque se han lavado el cerebro para creer que todo su valor e identidad residen en su eterna lealtad a la familia mafiosa a la que se han unido. Podría descuartizarlo miembro por miembro y él seguirá siendo ferozmente leal a Sal.
—Mi situación es sencilla —dice—. Me matarás mientras intentas hacerme hablar, o me matarán cuando regrese porque mi jefe asumirá que los traicioné y me convertí en una carga. De cualquier manera, soy un hombre muerto que camina, así que prefiero morir como un hombre de honor. Las cuerdas en su cuello palpitan a pesar de que su expresión no muestra el más mínimo