LUCCA ANDREOTTI
Las cosas con Alexa se habían solucionado y eso sin duda había mejorado mi humor, por lo que cuando regresé al hotel, no podía borrar la sonrisa de mi rostro; ante mis ojos ella era perfecta y estaba tan enamorado que no había palabras para describir lo que sentía al estar con ella.
Sin dejar de sonreír, entré a la habitación e inmediatamente sentí mi celular vibrar en el bolsillo, por lo que me apresuré a responder al ver quien era la persona que llamaba.
“Pietro Russo”
Ahora si me siento olvidado – dijo y rodé los ojos
Eres muy dramático
Es mi sangre italiana – se justificó haciéndome reír – Pero hablando en serio, te vas a Londres, te consigues una chica y te olvidas de tu querido amigo
No me olvidé de ti, Pietro – me d