42-Muerto y enterrado.
Ale salió corriendo hacia el cuarto, cuándo tocó a Diego efectivamente este estaba hirviendo. Juliana y Hortensia entraron detrás de ella.
—Mima, está hirviendo— comentó Ale asustada.
—Voy a decirte a Rafael que salga a buscar al médico, mientras tanto déjalo con Hortensia y ve a la cocina por agua fresca para compresas y trae el sumo que hicimos.
Salieron ambas del cuarto, cada una a su destino, unos minutos después Ale estaba de regreso en el cuarto con todo lo que le dijo Juliana, entre ella y Hortensia le pusieron las compresas.
—Ya Rafael salió por el médico—comentó Juliana al entrar en la habitación.
—Mima, ¿cómo le vamos a dar el zumo de las hierbas si está inconsciente?
—Lo más probable es que empiece a delirar, tiene una fiebre alta, ahí aprovechamos y se lo damos.
—¿Como sigue?—preguntó Fer entrando al cuarto.
—Tiene mucha fiebre—le respondió su hermana.
—Ya Rafael debe estar de vuelta, la casa del médico no queda tan distante de aquí.
***
—¡Gerónimo, Gerónimo!—entró Laura s