VIOLET SWAN.
꘎♡━━━━━━━♡꘎ Ya no veo la hora de largarme de este tonto pueblo llamado Grayville, siento que nada me ata, nada más que un lazo del cual nada sirve si el otro extremo de dicha unuón, me rechaza cómo lo hace. Cuando llego a la oficina por fin, me doy cuenta que todo está en silencio o todos están muy metidos en sus trabajos, o significa que el consejo estaba aquí. Seguramente el imbécil de Aarón ya había llegado. Por lo general, su majestad casi nunca mete sus narices en este lugar, así que si Aarón se encuentra aquí, sería darle un punto extra a mi ya mala suerte. — ¡Violet! — escucho la voz de mi amiga Lanny llamarme. Camino hasta ella y al ver esa expresión que pone, empiezo a tener escalofríos, conozco esa sonrisa retorcida de sobra. — No me gusta tu cara — soy sincera. — Amiga, tienes que contarme todo a detalle — dice emocionada — Primero se fueron a cenar, ahora te cambia de lugar. Vi, de nada sirve que te escondas y mucho menos que lo niegues, Aarón ya te ha aceptado cómo su… — ¡No se te ocurra decir una sola palabra! — la señalo con un dedo para que se calle, estoy cansada de toda está tontería — Nada de lo que dices o piensas es cierto, la cena al restaurante solo fué un formalismo, no es lo que tú y el resto piensan Leilanny — se queda callada cuando digo su nombre completo — Quiero que te quede claro que entre el señor alfa y yo, no existe absolutamente nada. Desvió la mirada para que no pueda notar las enormes ganas de llorar así que las retiró rápidamente, ya estoy cansada de estar así por lo mismo. No quiero demostrar que esto me afecta. «Recuerda tu plan Violet» — pienso para poder empezar y soportar esto. — Entiendo — musita Lanny. Ahora siento pena en la forma que le hable, al fin de cuenta es mi amiga de la infancia y lo que menos quiero es hacerla sentir mal y ella debe saberlo de sobra — Vi, lo siento mucho amiga, yo no quería… — No tienes de que preocuparte Lanny, eso ya pasó — sonrió solo para tranquilizarla — Ahora, vamos a trabajar hablaremos mejor en nuestra hora de almuerzo. — Cómo tú digas Vi, nos vemos a la hora del descanso — asiento y dejo que se marche. Tomo asiento tras mi escritorio y pienso que el día será bastante largo, solo espero que el puesto de asistente no me traiga problemas con Aarón, y que no sea tan malo cómo he imaginado. De pronto, cómo si el universo conspira conmigo y leyera mis pensamientos, el motivo de mis tormentos aparece frente a mí. Con sus profundos ojos azul celeste que me fulminan cómo si quisiera aplastarme bajo tierra, sepultada en una tumba común y corriente. — Swan, ven a mi oficina ahora mismo — dice enojado. Tomo una respiración profunda, me levanto de mi asiento y cuando voy a su oficina, procuro que cada paso que doy para llegar a esa oficina, sean pausados, alargando lo más que pueda mi entrada. Cuando llego me espera de pie bajo el marco de la puerta. No quería venir aquí, dije que me vengaría pero aún no sé cómo demonios haré eso. Al entrar, da un portazo que me sobresalta y hace que el latir de mi corazón sea mucho más rápido. Prefiero hacer toda una pila de trabajo acumulado, antes que estar en está oficina. No soy estúpida, sé que su molestia tiene nombre y apellido. — Dígame señor — trago grueso y tomo mi agenda. Al parece el milagro de ser invisible para Aarón no me fué concedido y solo espero que no mencione nada de lo ocurrido la noche anterior. Perfecto, parece que ahora se dedicará a ignorarme. — Violet — dice después de un tiempo — Espero que no estés involucrada con los últimos rumores que corren en Grayville las últimas horas... — Créame que la más interesada en que la gente olvide esto, soy yo señor Connor — me sincero — No es para nada divertido ser el hazme reír de todo un pueblo — digo tajante. No me voy a dejar más de esté engreido del demonio, aunque internamente mi momento de puro valor, lo mantengo a la expectativa si responderá — Si no tiene más nada que decir, entonces me retiro. Me doy la vuelta rápidamente, quiero salir de aquí lo antes posible. Sin embargo no he tocado la puerta cuando Aarón me grita y me sujeta del brazo con brusquedad. Mis ojos se cierran en automático, no quiero mirarlo a la cara cuando mi espalda choca con la fría pared. — Abre los ojos — exige con voz autoritaria y niego rápidamente — Violet, te he dicho que tienes que obedecerme — su agarre se endurece. — Déjame en paz, eres un demonio Aarón y ya estoy harta de todo esto… — mis palabras se callan cuando siento un dolor punzante en mis brazos donde me tiene sujeta. ¿A dónde carajo se fué mi determinación de hace un momento? No puedo permitir que su cercanía y su olor me hagan perder el norte. Abro los ojos y lo primero que veo son esos gélidos ojos azules. — Que lastima me da — se burla — Ahora te aguantas pastelito, yo no sabía que salvarte aquella vez de no ahogarte me iba a traer tantos problemas. — ¡Hubiera preferido morir antes que vivir así! — mi garganta duele cuando chillo. Estoy tan hastiada de sus humillaciones, su rechazo y su indiferencia que me están acabando lentamente — ¡Solo déjame en paz! Siento que mis lágrimas comienzan a asomarse, así que agacho el rostro para que él no vea cuánto me afecta, no le voy a dar el gusto de verme vulnerable. — Joder, eres tan escandalosa — dice con voz hastiada y levanta mi rostro con poca delicadeza — Necesito que te quedes aquí mientras estoy en una reunión con los miembros del consejo — explica — No quiero que esa partida de ancianos te vea, pequeña estupida… — ¿Por qué? — cuestiono confundida ante su petición y de un manotazo le quito la mano de mi rostro, pero vuelve a tomarme con más fuerza presionando su cuerpo con el mio y tomando mis mejillas. Lentamente mueve mi rostro de un lado al otro cómo si me estuviera contemplando. Sonríe de manera engreída, se acerca a mí y cuando creo que va a besarme, se aleja de mí dejandome confundida. — Porqué yo soy el que da las ordenes y si te digo que no salgas de aquí, tú no lo harás o tendrás que pagar las consecuencias — su advertencia queda bastante clara y sale de la oficina dejandome sola, confundida y molesta. Me quedo allí un par de segundos y tomo una bocanada de aire recuperando el aire que hasta ahora no sabía que estaba conteniendo por la presencia de Aarón. «Nunca dejará de odiarme» camino con piernas temblorosas hasa un sofá de cuero negro donde medito lo sucedido los ultimos días. — No sé porque tienes que pensarlo tanto Violet, él te odia por ser un obstáculo que impide unirse a alguien igual que el — suspiro conteniendo las lágrimas — Te odia, por ser mitad humana y no eres material para ser su luna y eso ya lo sabías Violet — mentalmente enumeró los motivos del desprecio que Aarón me tiene y mis ojos escuecen con lágrimas acumuladas — Para el, su deber con la manada está por encima de todos, incluso puede hacer a un lado a la mate que la luna le otorgó. ꘎♡━━♡꘎ AARÓN CONNOR. ꘎♡━━━━━━━♡꘎ Cuando entro a la sala de reuniones con los siete miembros del consejo, se ponen de pie y sigo caminando hasta tomar mi asiento en la cabecera de la amplia mesa. Todavía tengo grabado sus ojos dorados mirandome llenos de lágrimas. Si supiera que odio ser el causante de aquel llanto, no me provocaría. Pero, le guste o no, así deben ser las cosas. — Buenos días caballeros — saludo a todos con los codos puestos sobre la mesa, mis ojos estaban puestos en Levi Connor, mi tío y el miembro más problemático del consejo. Nada de lo que hago como el nuevo alfa de la manada Reed Moon, le parece bien y ya me estoy cansando de está situación. — Los he reunido hoy aquí para tratar el asunto de los forasteros en Grayville — explico — Algunos han querido pasarse de listos y Reed Moon convive tranquilo, así ha sido durante mucho tiempo y… — Opino que el problema no es sobre los lobos que han llegado de afuera sobrino — interrumpe mi tío — El verdadero problema aquí es la cabeza de Red Moon — mis ojos lo fulminan y espero a que siga diciendo lo que tenga que decir — No has sabido poner límites, permites que cualquier foráneo entre a nuestro territorio sin saber su procedencia — veo como los demás comienzan a ponerse nerviosos — No hemos luchado estas tierras solo para perderlas cómo si nada en tus manos Aarón, en lugar de estar jugando al lobo enamorado con esa omega, deberías pensar más en tu gente. Ya no eres un cachorro y guiar a Reed Moon, no es un juego. Los murmullos entre los miembros restantes del consejo revolotean en todo el lugar. La tensión entre los lobos de la familia Connor es latente. — ¡Señores, un momento! — interviene Claus, un hombre de apariencia joven, pero tiene más de ciento cincuenta años de vida — Levi está en lo cierto, hasta cierto punto que… — ¡¿Qué es lo que quieres decir?! — refuto cansado de tanta palabrería. Odio a estos vejestorios y más cuando me hacen sentir acorralado cómo si yo no pudiera con esto, ante tantas calumnias de parte de todo el consejo. — Muchacho, no es que dude de tu madera como líder. — ¿Entonces a qué te refieres? — pregunto molesto. — Eres digno hijo de tu padre, pero lamento decirte que Levi tiene un punto a su favor — hace una pausa y continua — Aarón, todo alfa necesita de su luna y llevas más de un año como nuestro alfa, queremos que encuentres a una de descendencia digna, mejor dicho, otra loba igual que tú. — ¿Ahora me darás sugerencia sobre con quién debo estar? — pregunto con ironía. — Red Moon debe mantener su poderío y aunque lo niegues, ya sabemos que la mestiza esa está trabajando aquí — el solo hecho que hable de ella, me hace apretar los puños con tanta fuerza — No queremos perder nuestra estirpe por mezclarnos con forasteros y eso solo nos debilitaría. — No me gustaría ser grosero con ustedes, pero lo que dices no tiene nada que ver con el tema que estamos discutiendo y por el cual los he traído aquí está mañana… — Para mi es algo relevante al menos Aarón — dice mi madre, quien llega cómo siempre de forma inesperada y elegante. Usa un vestido al igual que su larga cabellera, que contrasta perfecto con su tono de piel blanca. Sus ojos son de color cielo y el pintalabios rubí la hacen ver tan joven aunque ya hayan pasado un poco más de un siglo de su edad. — Madre — saludo. — Claus tiene razón en algo, es de vital importancia que tengas ya a tu luna, pero no a cualquiera si no una que esté a tu altura hijo, la manada necesita unir fuerzas y más ahora que ha habido tanto exiliado acechando a nuestro alrededor — siguen con el tema de mi luna — Además, tenemos a la otra peste, esos parásitos chupasangre, ya no sé que es peor si los malditos híbridos o la peste que son esos muertos en vida — espeta mi madre molesta. Hay cosas en las que mamá tiene razón, pero necesito enfatizar en lo de mi luna. — Como acabo de decir, no necesito de una compañera por los momentos — lo miro a todos a la cara — Yo solo, puedo con todo esto — mamá me fulmina con la mirada, pero a mi nada de eso me importa — Ahora pueden irse, la reunión se ha terminado. En realidad hay más asuntos que discutir, pero ahora mismo no quiero seguir tratando con esos viejos lobos. En ese momento, alguien carraspea llamando mi atención, estaba tan concentrado en mi, que no me percate de la presencia de mi madre quien se mantiene intacta en su lugar. — ¿Por qué simplemente no envías a esa mestiza lejos de nosotros Aarón? — inquiere mi madre volviendo a hacer la misma pregunta que me hizo hace algunos meses atrás — No se diga más, la enviaré a un buen lugar donde estará protegida y así tú podrás rehacer tu vida y si quieres de vez en cuando ver a Violet. Tratar con mi madre era una de las cosas más fáciles, incluso Violet estaría mucho mejor en cualquier lugar donde mamá la mandara. Pero, hay un inconveniente y ese es que no se me da la gana que esté lejos de mí, no puedo tenerla lejos y punto. — No es una opción — me limito a responder. Cassandra, mi madre se levanta realmente molesta y agradezco que ya todos se hayan ido de aquí mientras ella hace sonar sus tacones. — Yo no críe a un cachorro débil Aarón, hice de ti un maldito alfa y no concibo la idea que una niña tan estúpida como esa, sea la dueña de tu voluntad. ¿Qué demonios te pasa Aarón Connor? — ¡Ya he dicho que no te la llevarás, maldita sea! — pierdo los estribos y se me olvida que le estoy gritando a mi madre. Lleva mucho tiempo con la absurda idea de sacar a la familia Swan del pueblo desde que se enteró que Violet era mi compañera — Y no quiero volver a tocar el tema. ¿Lo has entendido? Se acerca a mí de forma amenazante para que no siga refutando. Así que para no llevarle la contraria o mejor dicho para no perder más el tiempo con el mismo tema, prefiero callar. — Tengo cosas que hacer madre. — Lo único que quiero es que está manada siga estando en pie Aarón — suaviza su tono de voz — Tú padre solo arruinó tú liderazgo y tu futuro al permitir que esos mestizos entrarán a Red Moon — sigo en silencio y después de una suave caricia sale de la oficina dejando la sala de reuniones vacía. Está es una de las razones por las que no puedo estar lejos de Violet, en momentos cómo este no confío ni siquiera en mi madre, tiene la enferma idea de que puede deshacerse de ella solo porqué no acepta el designio de la luna.