Saber que podría ayudar era aún más horrible. Nunca había intentado transformar a alguien de adulto, ni siquiera de adolescente. Casi me mata de bebé, pero quizá podría lograrlo sin morir ahora que soy mayor.

Aunque no lo sabía con seguridad.

Y podrían encerrarme por mi habilidad, si supieran de ella.

Tenía demasiado dolor como para pensar en compartirlo.

Necesitaba concentrarme en descubrir qué hacer con mi situación Alfa primero.

Se equivocaron de pasillo y fruncí el ceño. —¿Adónde vamos?—

—Él quiere que te alimentemos—, explicó Clay.

Ah.

—¿Puede hablarme mentalmente?— pregunté curiosa.

Te añadió a la manada, así que estoy seguro de que puede. Simplemente le causa menos dolor hablar con nosotros.

Fruncí el ceño. —¿Por qué le causa dolor?—

Clay se encogió de hombros. «Demasiados lobos. No hay suficiente Enzo».

Fruncí el ceño y miré a Hunter esperando una mejor explicación, pero él simplemente me gruñó.

Llegamos al comedor y los hermanos de Enzo me sentaron en una silla. Hunter apoyó