Hunter
Tu noche está reservada
Te sugeriría una ducha antes de salir.
—Es más fácil limpiar esas cosas en la bañera—, murmuró Sydney.
Amarillis hizo una mueca. —No quiero ni pensar en que estés con mi hermano así, pero no te equivocas—.
—Báñate—, acepté, abriendo el siguiente mensaje.
Charlie
Nos vemos en la puerta sur a las 5:25. Estaré conduciendo y vigilando esta noche.
—Eso es en solo veinte minutos —dijo Amarillis—. Pareces recién levantado, y nunca pareces recién levantado a menos que lo hagas a propósito.
—Supongo que vamos a descubrir cuántos chicos en la ciudad sienten lo mismo sobre mi apariencia que los hermanos Savage—, dije arrastrando las palabras.
—No. Te verás sexy, te guste o no —declaró Sydney, cogiendo mi teléfono de Amarillis y guardándolo en su bolsillo. Tenía las manos sucias por haber estado en el jardín, pero a nadie nos importó.
Me tomó del brazo y, al sacarme a rastras del salón del trono, Amarillis me agarró del otro brazo. Juntos, me subieron los dos tramos