Cuando la conocí antes, no me había parecido alguien que se preocupara especialmente por cosas como el tiempo.
Y, sinceramente, habría esperado mucho más de los quince minutos que esperé. Aunque Logan me observaba con recelo, como si estuviera intentando encontrar la manera de convencerme de cambiar de opinión.
La tinta de tatuaje podía cambiar el olor de una persona. Con suerte, a Enzo le gustaba el chocolate y los pinos mezclados con tinta. Si no... bueno, quizá no tendría que aparearme con él después de todo.
Así que había otra ventaja potencial de hacerse un tatuaje.
—El Alfa nos va a matar—, refunfuñó Arthur, dejándose caer junto a Logan y Jake en el banco fuera del estudio. Eran solo las 9 de la mañana, así que la ciudad seguía prácticamente muerta. Todo estaba tan disperso que nunca parecía estar realmente vivo, pero aun así.
Estaba demasiado emocionado para sentarme, así que me apoyé contra el camión, estacionado en paralelo justo afuera del estudio.
—Me sorprende que ninguno