Nikolai abre la puerta de su casa y es recibido por el aroma deliciosa de la cena que Ángela ha preparado. Ella sonríe al verlo, pero su expresión cambia rápidamente cuando nota los golpes en su cara.
— ¿Qué pasó? — pregunta, acercándose a él con preocupación.
Nikolai intenta restar importancia con un gesto, pero Ángela no se deja engañar. Lo acaricia suavemente con la mano.
— Es James — dice Nikolai. — Se enteró de la demanda que pusiste en su contra y perdió la cabeza.
Ángela asiente, su rostro firme.
— Me imagino que reaccionaría así — dice. — Pero no me voy a detener.
Nikolai sonríe, agradecido por su determinación.
— No te estoy pidiendo que lo hagas — dice. — Ya lo hemos hablado. Vamos a seguir hasta las últimas consecuencias.
Ángela asiente, su mirada llena de resolución.
— Exacto — dice. — No vamos a dejar que James se salga con la suya.
Nikolai se levanta y se acerca a Ángela, abrazándola.
— Gracias por estar aquí para mí — dice. — Significa mucho saber que contigo podemos en