Nikolai sonríe mientras lleva a James a su nueva oficina.
— Bienvenido a tu nuevo espacio, James —dice Nikolai, su tono sarcástico—. Aquí podrás hacer... absolutamente nada.
James se enfurece.
— Te voy a demostrar que soy mucho mejor que tú en esto —dice James, su rostro rojo de rabia.
Nikolai se ríe.
— No lo creo, James. Nunca has servido para nada. Eres bueno para lo único que no sirves para: el juego. Pierdes cantidades de dinero en el casino —dice Nikolai, su voz llena de desdén.
— Y además —continúa Nikolai—, yo tengo una verdadera mujer a mi lado. La mujer que perdiste.
James se pone aún más furioso.
— ¡Eso no es cierto! —grita.
— Claro que lo es —dice Nikolai—. Y segundo, no puedes igualarme en los negocios. No tienes la inteligencia ni la visión para llevar esta empresa adelante.
James se enfurece aún más.
— ¡Veremos quién es el mejor! —dice, su voz temblando de rabia.
Nikolai sonríe.
— Estoy ansioso por verlo —dice, su tono confiado—. Pero hasta ahora, eres solo un perdedor.