ILÁN:
Miré a Geraldine con una expresión indescifrable antes de responder. En verdad deseaba que se alejara pacíficamente. Sabía que ella solo había venido para ayudar a Eleonora y esperaba que se alejara de todo sin dar más problemas.
—Geraldine —comencé a hablar con voz suave pero firme—, sabes que la situación es complicada. No creo que mi esposa cambie de parecer. Además, siendo un desfile callejero, me temo que no encajarías entre tantos modelos aprendices.Pronuncié estas palabras con cuidado, intentando que Geraldine se sintiera halagada y dejara de insistir. Sin embargo, no pudo ocultar su decepción; sus ojos reflejaban una gran frustración.—Ilán, sabes, los hijos de Eleonora… —empezó a hablar Geraldine, pero justo en ese momento, Eleonora salió de la casa con paso decidido. A