DAFNE:
La ansiedad en mi voz era evidente, a pesar de mis esfuerzos por ocultarla. No sabía el motivo, pero sentía que debía salir de aquella casa lo antes posible; sin embargo, me contuve.
—Sí, de hecho, fue ella quien pidió verte —respondió Ilán, su tono volviéndose más serio—. También quiero que me informes cuánto te debe mi madre para analizarlo y saldar la deuda. Mamá no está en la casa en este momento; mi tía Josefina te llevará a verla.—¡Tu tía! —exclamé, incapaz de ocultar mi sobresalto. Rápidamente intenté recomponerme—. Puedo ir sola, o con Eleonora y Geraldine.—Si ellas prefieren acompañarte en lugar de tratar sus asuntos conmigo, no me opongo —dijo Ilán, su mirada recorriendo los rostros tensos de las tres—. Pero no puedo garantizar cuán