~Analía~
—Alex —lo muevo del brazo para confirmar que se haya quedado dormido. No reacciona—. Alex —vuelvo a moverlo una vez más.
En total silencio tomo mi ropa y me visto con rapidez, no quiero que se despierte, no es el momento de que lo haga. Camino hasta la puerta sin hacer escándalo, giro mi cabeza para ver que siga dormido y salgo de la habitación.
El tiempo es oro, así que empiezo a revisar cada rincón del departamento, levanto todo lo que veo y lo vuelvo a dejar en su lugar para que no se dé cuenta de que estuve revisando, parece que no hay nada que lo comprometa, tal vez no tiene nada que sepa que lo pueda meter en problemas. Alex es astuto y sabe que si encuentran algo en su departamento le causará muchos problemas y le costará salir de ellos, por eso debe ser muy sigiloso, tengo que buscar mejor.
—Piensa, Analía, piensa, ¿dónde puede haber algo que lo inculpe?
Paseo de un lado a otro, mientras desordeno mi cabello. Estoy llena de ansiedad.
—¿Dónde escondes todo? ¡Carajo!