Narrador:
Ambos vampiros se despertaron luego de una noche muy pasional
- Buenos días, mi amor
- Buenos días Caín, muero de hambre
Le respondió Aurora sin demasiado cariño y se tiró de la cama para correr a darse una ducha y desayunar.
Al bajar a la cocina se encontraron que el desayuno estaba puesto para solo 2 personas
- Sara, somos tres, tenemos un invitado
- Si, Señora, el Amo Dilan me lo ha dicho
- ¿Entonces?
- Entonces puse el servicio para dos porque él salió esta mañana bien temprano. Así que el desayuno es solo para ustedes dos
- ¿Y sabes a dónde fue?
- Como le dije ayer, él está teniendo comportamientos extraños para mi
- ¿Comportamientos extraños? – interrogó Caín
- Nada de importancia, descuida, Caín, ya regresará – acotó Aurora
Sara se retiró y ambos desayunaron sin dialogar en demasía
- Bueno, debo marcharme
- ¿Tan rápido?
- Cualquiera diría que no quieres que me vaya
- Y no quiero, Caín, ¿por qué la duda?, ¿acaso no te quedó claro anoche en la cama?
- Anoche en la cama,