Se separa del beso y comienza a besar mi cuello mientras lo frota suavemente lo que me hace gemir, sin ir más lejos ni acelerar el paso. Trato de usar mi mano para guiar sus dedos hacia mí pero me muerde el cuello —no te atrevas —murmura. Sigue besando mi cuello y mi respiración se vuelve más irregular. Mi cuerpo no se prepara para lo que sucede a continuación.
Inmediatamente pega su boca a mi marca y chupa y al mismo tiempo hunde sus dedos profundamente dentro de mí. Arqueo mi espalda en un orgasmo alucinante. Un fuerte y largo gemido sale de mis labios y estoy seguro de que todos en la casa lo escucharon. Casper ni siquiera me deja subirme antes de que comience a bombear sus dedos dentro y fuera de mí.
Casper finalmente decide que he tenido suficiente cuando me veo despeinado. Aparta sus dedos de mí y se posiciona en mi entrada. Me mira