Me levanto y corro hacia mi teléfono y él me agarra antes de que pueda alcanzarlo. Miro a Javier que está gimiendo de dolor.
—Sucio bastardo, déjame ir, lucho mientras grito.
Puedo sentir su cálido aliento en mi cuello y frota su nariz arriba y abajo de mi cuello, inhalando mi olor.
—Eres un maldito psicópata, —digo entre dientes y logro liberar mi mano derecha.
Me estiro y agarro la lámpara antes de estrellarla contra su cabeza. Se desploma en el suelo, pero no está inconsciente. Corro a mi tocador y tomo mi perfume antes de rociarlo en sus ojos. Mi vista es borrosa y me duele la cabeza.
—Te voy a atrapar por esto, grita y se balancea a ciegas.
—Odetta abre la maldita puerta, grita Noel mientras golpea la puerta.
— ¿Qué está pasando?, Más golpes.
Rompo mi segunda lámpara en su cabeza que hace el trabajo antes de revisar a Javier.
—Oh diosa de la luna, murmuro y lo acuno.
— ¿Qué está pasando ahí dentro?, Hay más golpes en mi puerta.
Me duele la cabeza y me arde la mejilla. Mi puerta s