La copa choca contra la ventana y cae sobre el piso de cerámica y enseguida se rompe en mil pedazos.

            Salvatore observa la escena sin reaccionar, siempre pensó que Rocco se había equivocado al perdonarle la vida a su hermano. Pero él solo es su mano derecha y, a pesar de no estar de acuerdo, lo entiende un poco. Don Ettore es su hermano y, en ocasiones, es muy complicado acabar con la vida de quien es tu sangre.

            El problema es que solo Rocco piensa de esa manera, porque a don Ettore no le importaría tomar un arma y dispararle. Algo que no ha hecho hasta el momento, porque sabe que los hombres de Rocco no lo reconocerían como su jefe.

            —¿Qué vamos a hacer con los Ruggieri? Porque, está claro que ha sid