CAPÍTULO 31 — Mi vida cambió por completo.
Sofía.
Me moví en la cama, y de nuevo sentí cómo un pinchazo volvió a mi vientre. La habitación estaba oscura, y aunque hace unas horas Gael estaba a mi lado, ahora mismo no podía verlo.
Traté de sentarme un poco y toqué mi vientre solo con el pensamiento de que en algún momento tendría que hablar con Gael sobre el bebé.
Sin embargo, quería esperar, necesitaba que él me hablara del asunto. Era indispensable saber sobre qué estaba pisando.
De un momento a otro la puerta se abrió, y una enfermera entró.
—Buenos días… ¿Cómo amanece? —asentí con una sonrisa, y cuando ella abrió las cortinas, me di cuenta de que incluso era demasiado tarde.
—Mucho mejor… yo… he tenido algo de dolor de vientre… —ella se acercó para tomar mi brazo y quitarme la aguja que habían puesto ayer.
—Es primeriza… el dolor de vientre es común, siempre y cuando no sea fuerte… ¿Ha parado el sangrado?
—Si…
—Perfecto… Ya dieron la orden de salida, por cierto… el señor allá afuera está agilizando todo… —tomé un s