Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl silencio que llenó la habitación después de la pregunta de Khaled era del tipo que presagiaba tormenta. Mariana podía sentirlo acumulándose en el aire entre ellos, espeso y cargado con electricidad que amenazaba con descargar en cualquier momento. Sus manos temblaban mientras alcanzaba el teléfono que él había dejado caer en la cama, desbloqueándolo con dedos que no respondían correctamente.
—Te los mostraré —dijo, su voz apenas audible—. Todos.
Abrió la aplicación de mensajes, navegando a la carpeta que había creado específicamente para mantener estos mensajes separados del resto. Tres conversaciones de números diferentes. Catorce mensaje







