Mundo de ficçãoIniciar sessãoUna semana había pasado desde el regreso, siete días que se habían deslizado con una lentitud exasperante mientras el palacio intentaba recuperar algo que se pareciera a la normalidad. Los niños habían vuelto a sus rutinas escolares, aunque Nasim reportaba que Sami se distraía fácilmente y que Amira seguía pidiendo verificar que su madre estaba realmente en casa. El Consejo había aceptado, a regañadientes, darle a Mariana el tiempo que necesitaba antes de exigir su presencia. Las comidas familiares habían recuperado algo de su ritmo anterior, aunque las conversaciones todavía estaban llenas de pausas incómodas y temas cuidadosamente evitados.
Pero había una cosa que no había vuelto a la normalidad, una ausencia que se sentía cada vez







