Mundo ficciónIniciar sesiónMariana se quedó paralizada en la entrada, el peso de su vestido ceremonial repentinamente sofocante. Sheikha Samira la miraba con una expresión que nunca le había visto: vulnerable, casi suplicante.
—Por favor —dijo la mujer mayor—. Cinco minutos. Antes de que comience todo.
Mariana miró por encima del hombro de Samira hacia el pasillo vacío. Podía escuchar voces distantes, preparativos para la ceremonia. No tenían mucho tiempo. Pero algo en los ojos de Samira le decía que esto era importante. Vital.
—Está bien. Entra.
Samira entró rápidamente, cerrando la puerta tras ella. Durante un momento solo se miraron. La anciana, vestida en túnica trad







