Mundo de ficçãoIniciar sessãoRashid había calculado el momento perfecto para su siguiente movimiento. Mientras Khaled se encerraba en su despacho con Farid, exigiendo respuestas sobre cómo había llegado Sofía sin alertas previas, el embajador encontró a la hermana de Mariana exactamente donde la quería: sola, confundida y furiosa en uno de los jardines privados del palacio.
Sofía estaba de pie junto a una fuente, mirando el agua sin realmente verla, cuando Rashid se acercó con pasos medidos. Llevaba un traje impecable y una expresión de preocupación perfectamente calibrada.
—Señorita Mendoza —dijo suavemente—. Lamento si mi aparición anterior fue... inoportuna. No era mi intención causar más tensión.
Sof&i







