Pasaron varias horas mientras esperaba que Carter terminara con los permisos y el papeleo necesario para transferirme a Atlanta. Después del juicio, Damián, Lucas y Jennifer no tuvieron más remedio que irse y esperarme allá, así que me encontraba sola. En cuanto todo estuvo listo, me llevaron a una pista de aterrizaje; allí estaba un avión privado esperándome.
Carter se encontraba frente a mí, el momento de despedirnos había llegado.
—Nuevamente, gracias, muchas gracias por todo... —le sonreí llena de agradecimiento.
—Deja de agradecer, lo hice con gusto y volvería a hacerlo —dijo intentando mantener una postura rígida, pero su voz era cálida—. Te deseo la mejor de las suertes en tu vida y en tu futuro matrimonio.
Los ojos de Carter se desviaron por un segundo hacia mi anillo de compromiso. Asentí, dándole las gracias una vez más y, después de un corto abrazo, nos despedimos finalmente.
Un oficial del FBI me custodió hacia el avión, y pocos minutos después emprendimos vuelo hacia Atla