Capítulo 35: No voy a soltarlo nunca
Mis siete días terminaron, los que Ramírez me dio casi a regañadientes. No me queda más opción que regresar al trabajo. Antes de eso, como cada mañana, paso primero por el hospital.
Camino por el pasillo ya conocido, con el café todavía algo tibio en mi mano y la garganta apretada. Entro en la habitación y me inclino sobre Liam, que todavía duerme con la boca medio entreabierta, con su respiración débil, pero constante. Le acaricio el cabello, suavemente, sin despertarlo. Harry entra unos minutos después, con la bata blanca que siempre parece recién planchada, como si nada en este hospital lograra desordenar su imagen.
—Como siempre tan madrugadora —comenta, con una ligera sonrisa. —Qué bueno que llegaste antes de que Liam se despierte. Ayer preguntó por ti, creo que lo hizo cada cinco minutos.
Me duele mi corazón al escuchar aquello. Pobre de mi niño, debió haberme extrañado mucho, y yo me quedé dormida en mi cama después de haberme vaciado toda p