DORY
—Es una locura, lo sé, pero le respondí que voy a casarme contigo, porque… porque te amo. Eso fue lo que le dije. Perdona por mentir.
Solo quería que Marcos desapareciera de mi vida y me sentía tan desesperada que estaba dispuesta a casarme con David.
Me senté a lado de David que se encontraba recostado en el sofá.
—¿En qué mentiste? —inquirió.
—En que te amo.
—¡Ah! —sentí cierta decepción en mi respuesta—. ¿En serio te vas a casar conmigo? —preguntó.
—Odio decir estas palabras, pero sí; acepto ser tu esposa. —solté. Haría lo que fuera necesario para alejarme de Marcos.
—Te prometo que no vas a arrepentirte, muy pronto estaremos lejos de aquí y Marcos solo será un mal recuerdo.
David se recompuso y se acercó. Pasó una de sus manos, por mi cabello, tomó un mechón y lo pasó detrás de mi oreja. No se detuvo en su acercamiento hasta tomar mis labios. No entendía de por qué no detenía a David, cada vez que esto sucedía, ninguno de los dos se detenia y terminábamos teniendo sexo