POV: AIRYS
—No necesitas temerme —su voz llegó ronca, grave, con ese tono que hacía vibrar el aire a nuestro alrededor. Se inclinó lentamente, sus ojos recorriendo mi rostro con una atención que quemaba. Su mirada se detuvo en mis labios, y sentí que mi corazón perdía el ritmo.
—No voy a hacerte daño, Airys —dijo, la voz más baja, pero con una firmeza que me dejó inmóvil.
Su mirada volvió a la mía con una brutalidad sincera, como si me obligara a creerlo, aunque ni él mismo supiera cuánto tiempo podría sostener esa promesa.
—No voy a herirte de ninguna forma —replicó, más alto, más intenso.
Jadeé, sorprendida. Mis labios se entreabrieron por instinto, mi cuerpo respondió antes de que mi mente pudiera procesarlo. M