Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Altea
Las veladas murmuraciones entre los pocos invitados llegaron a su fin cuando Lara se alzó con delicadeza el lujoso vestido para subir los dos escalones del altar. Soltó el brazo de su padre y aceptó el apoyo que su prometido le ofrecía para colocarse junto a él, y su sonrisa de labios apretados y cejas levantadas fue una sarcástica felicidad que desconcertó a Evan.
La transformación había comenzado desde hacía varios días, Swels podía darse cuenta, y no debía tardar el momento en que Lara muriera de forma natural y luego despertara como una stark. Por eso había decidido adelantar la boda: quería que el instante del renacimiento de Lara ocurriera en la privacidad de su luna de miel, lejos de amigos y familia.
— Eres una niña preciosa. — le dijo besando