Villa de las Mercedes
Lara apoyó una de sus manos sobre la pared y abrió los ojos con lentitud. En los tres primeros días luego del procedimiento había ido recuperando la vista poco a poco, pero aún persistía en sus ojos un dolor vasto y punzante que la hacía querer cubrirse de la luz tanto como era posible.
Durante todo el día siguiente a la operación había sido atendida por dos enfermeras, y cuando sus padres por fin habían llegado, fue Emma la única que la visitó en su cuarto. Evelett obviamente no estaba capacitada para verla y su padre era alérgico a todo lo que oliera a enfermedad.
— ¡Mamá! — exclamó Lara con ansiedad descontrolada cuando Emma le dio las buenas noches y un beso en la mejilla. Quizás durante catorce años había recordado el abandono de aquella