C13- PROBADOR DE PECADOS.

Lucy retrocedió, sus manos buscando con torpeza cubrirse. Y él se acercó sin apurarse y sin apartar los ojos de ella.

—¿Sabes lo que me estás haciendo, chérie? —susurró con voz ronca—. Me estás volviendo loco.

Lucy tragó saliva. El calor entre sus piernas se intensificó, y el corazón le golpeaba con fuerza el pecho. Eros alzó una mano y le rozó el cuello, bajando por su hombro expuesto, deteniéndose justo en el inicio del cierre.

—Déjame ayudarte.

Su voz era más suave esta vez, pero seguía siendo intensa, masculina y directa.

Ella no se movió, no dijo nada, pero tampoco lo detuvo.

El vestido se deslizó por su espalda, dejando ver más piel de la que Lucy hubiera querido mostrar, y luego el cierre bajó unos centímetros con el roce de los dedos de Eros, revelando la línea de su columna y parte de su cintura.

—Eros… —susurró ella, con la voz temblorosa.

Él no dijo nada.

Solo la miró en el espejo frente a ellos. La imagen era clara: Lucy con las mejillas encendidas