C10- PRIMERA CLASE.

Eros estaba de espaldas, su figura se veía imponente contra la luz tenue de la ventana. Los pantalones negros acentuaban sus piernas largas y sus nalgas firmes, mientras la camisa blanca, con los puños arremangados, dejaba al descubierto sus antebrazos marcados por venas y tatuajes.

La tela de la camisa se tensaba sobre su espalda ancha, tenía una mano hundida en el bolsillo del pantalón, mientras hablaba por teléfono. Lucy lo observó desde la puerta, sus dedos aferrándose al marco como si necesitara apoyo, tragó saliva y se preguntó: ¿Cómo dos hermanos pueden ser tan diferentes?

Ezra no era feo, pero su crueldad lo convertía en un demonio. En cambio, Eros... Eros era peligroso, sí, pero no un monstruo.

En ese momento, él se giró, aún con el teléfono en la oreja, y sus miradas se encontraron. El corazón de Lucy se paralizó allí mismo y las mariposas volvieron.

Él la recorrió con la mirada: pantalones de chándal, blusa sencilla, el pelo recogido en una coleta desali