La mañana siguiente el sol se filtra por la ventana y me remuevo con ganas de desaparecer.
No estoy segura de poder verle la cara a Renzo.
No, no Después de lo que hice y lo que le dejé hacerme.
Iré al infierno.
Resignada, salgo de la cama sin preocuparme por mí desnudes.
Porque, seamos honestas. El hombre ya ha visto todo lo que hay.
Niego y alejo los recuerdos por mi bien.
Me meto al baño y no hay señales del.
—Bien — susurro — No hay nada que decir — me miro al espejo del baño y hago una mueca al ver mi aspecto —Solo fue sexo.
Intercambio de fluidos.
Resoplo ante el pensamiento.
Me doy una ducha e intento relajarme.
No pienso romperme la cabeza por lo sucedido.
Somos dos adultos, solteros.
Que decidieron compartir sus cuerpos y rascarse la piquiña.
— Sí. Es eso. — Digo en voz alta.
Una vez satisfecha con el baño, salgo de este.
Me preparo para mi día.
Cuando me he peinado y maquillado un poco. Me pongo unos vaqueros blancos, una camiseta sin mangas, color gris, encima varios collar