Mundo ficciónIniciar sesiónEl auto de Damián derrapó por las calles de Ginebra como una bala perdida, las luces de las sirenas reflejándose en los edificios húmedos detrás de ellos. Tamara presionaba su mano contra el costado de Valentina, sintiendo la sangre caliente filtrándose entre sus dedos.
—Mantén presión —ordenó Ethan desde el asiento delantero, su voz clínica pero tensa—. Damián, necesitamos un lugar seguro. Ahora.
—Conozco uno. —Damián giró bruscamente a la izquierda, alejándose del distrito financiero—. Un apartamento que Catalina mantiene para emergencias. No está registrado bajo ninguno de nuestros nombres.
Valentina soltó una risa débil que se convirtió en tos.
—¿Tu esposa mantiene apartamentos secretos? Qué conveniente para un matrimonio de conveniencia.
—Cállate y con







