Mundo ficciónIniciar sesiónLa medianoche en Ginebra llegaba con un frío que cortaba hasta los huesos. Tamara y Ethan caminaban por las calles iluminadas hacia el Pont des Bergues, sus pasos resonando contra el pavimento húmedo. A pesar del abrigo pesado, Tamara sentía el frío filtrándose, o quizás era solo los nervios.
Ethan caminaba medio paso adelante, sus ojos constantemente escaneando cada sombra, cada ventana, cada movimiento. Llevaba un arma oculta bajo su chaqueta y un auricular casi invisible conectándolo con Damián, quien observaba desde un edificio a doscientos metros de distancia.
—Dos minutos hasta el puente —murmuró Ethan al micrófono—. ¿Algún movimiento?
La voz de Damián crujió en su oído:
—Negativo. Pero hay un auto estacionado en la calle lateral que no estaba en nuestra exploración de hace seis horas. Placa diplomática. Vigi







