Capítulo 35. Eres mía.

Ares tenía el rostro a milímetros del de ella. Las manos le temblaban sobre la piel.

Los ojos grises brillaban, cargados de culpa, deseo y miedo.

Y Lyanna… sentía que no podía respirar.

—No te vayas —repitió él, bajo, casi ronco—. No nos abandones.

Ella cerró los ojos para no mirarlo. Para no caer en ese abismo suyo, pero fue inútil. Porque ya estaba cayendo.

—Ares… yo… —intentó hablar.

Él no la dejó. La abrazó, sin permiso, sin avisos. Sin máscaras. Como un hombre desesperado, no un CEO acostumbrado a tener todo bajo control.

Hundió el rostro en su cuello y la apretó contra su pecho con tanta fuerza que a Lyanna se le doblaron las rodillas.

—No sé qué me pasa contigo, ¿Qué me hiciste? —susurró él, la voz rota—. No sé por qué me duele tanto, imaginarte lejos. No sé por qué me destruye pensar que podrías mirar a otro hombre. Solo… no puedo perderte.

Lyanna tragó saliva.

—Ares, fuiste cruel —dijo en voz baja—. Me dijiste cosas horribles.

Él se separó apenas para verla.

Tenía los ojos ro
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