Capítulo 10. La línea cruzada.
El aire en el estudio era espeso, cargado de tensión sexual y rabia contenida. Ares tenía a Lyanna inmovilizada contra la pared, sus cuerpos pegados, sus respiraciones entrecortadas mezclándose en el espacio reducido entre ellos.
—¿Vas a seguir fingiendo que no quieres esto? —susurró Ares contra sus labios y su voz, un ronquido cargado de deseo y resentimiento.
Lyanna intentó apartarse de nuevo, pero su mano la sujetó con firmeza.
—No... no es esto lo que quiero —logró decir, aunque su cuerpo temblaba de una manera que contradecía sus palabras.
—Mientes —murmuró él, y sus labios descendieron hacia su cuello, mordisqueando la piel sensible justo debajo de su oreja.
Un estremecimiento recorrió el cuerpo de Lyanna. Sus manos, qué momentos antes intentaban empujarlo, ahora se aferraban a sus hombros, los dedos hundiéndose en la tela de su camisa.
La línea entre la resistencia y la rendición se volvía más delgada con cada segundo que pasaba.
—Cada vez que me miras —continuó Ares, mientras