POV Emma Donovan.

Marruecos – 48 horas después de la boda.

El convoy llegó a Marruecos cuando el sol ya quemaba alto en el cielo, después de una noche entera en movimiento sin parar, cambiando de aviones privados a coches blindados y rutas secundarias que solo Kaan conocía de memoria. Nadie había hablado mucho durante el viaje; todos sabíamos que Aleksei estaba vivo, que nos buscaba como un lobo herido, y que bajar la guardia aunque fuera un segundo podía significar que uno de nosotros no llegara vivo al siguiente amanecer. Yo iba sentada al lado de Kaan, su mano izquierda en el volante y la derecha rozando mi muslo de vez en cuando, un gesto posesivo que me calmaba y me encendía al mismo tiempo, recordándome la noche de bodas y todo lo que habíamos hecho hasta quedar exhaustos. Miraba por la ventana el desierto que se extendía infinito, pero no veía el paisaje. Veía sus marcas en mi cuello, sentía su semen todavía dentro de mí, y una mezcla de euforia ciega y miedo profundo me apreta