Noah al escuchar que el grifo continuaba abierto, entró a la habitación.
-¿Emma, Emma, estas bien?
Después de llamarla algunas veces ella no contestaba, el hombre un poco preocupado entró a la ducha.
Ahí estaba Emma, en una posición fetal tirada en el piso de la ducha llorando desconsoladamente.
-Por Dios mujer que has hecho, levántate, decía Noah mientras la tomaba en sus fuertes brazos y la llevaba a la cama.
Ella no había abierto el agua caliente, estaba entrando en hipotermia, el agua estaba fría, comenzaba el invierno y el frio era mucho.
Vistiendo a la chica con uno de sus pijamas y poniendo sobre ella una cobija caliente, Noah tomó su teléfono.
Ahí pudo darse cuenta de que Omar le había enviado el número de teléfono de Clara.
De inmediato Noah marcó el número que Omar le había enviado.
-Doctora Stuart, soy Noah Connor, disculpe que la moleste en este momento, pero la señorita Emma está en mi casa, saltó frente a mi auto, estaba algo perdida, así que por favor, creo que necesita