57. Se acabó.
POV Emilia.
Siento la presencia de Alec cerca. Lo escucho hablar con nuestros pequeños.
—Hola, mis amores… gracias por haberme traído de vuelta. No saben cuánto los amo —su voz está ronca, rasposa, pero aún así les habla con una ternura que solo él podría conservar, incluso herido.
Mi cuerpo se estremece. Apenas puedo contener el impulso de girarme, de lanzarme a sus brazos. Pero no lo hago. Me quedo quieta. Con los ojos cerrados. Fingiendo dormir.
Imagino cómo roza sus mejillas, cómo acaricia sus manitos con la delicadeza que siempre tuvo para lo que ama.
No me muevo. Quiero que este momento sea solo suyo… quiero que tenga esa paz, aunque yo me esté muriendo de ganas por hablarle, abrazarlo, besarlo...
—Duerman, mis pequeños. Mañana volveré a visitarlos —susurra, y mi corazón se estremece.
Oigo cómo la puerta se cierra.
Y entonces… se rompe algo en mí.
No hubo una palabra para mí.
Ni una caricia.
Ni siquiera un suspiro que me rozara el alma.
"¿Acaso ese amor que me juró se extinguió?