El salón de convenciones estaba impregnado de una energía vibrante, pero Mila se sentía atrapada en un torbellino de emociones. La cercanía de Mikhail, la tensión con Bruno y la complejidad de la situación formaban una amalgama difícil de manejar.
Mikhail, por otro lado, parecía disfrutar del desconcierto general. Su actitud relajada y sus comentarios ingeniosos mantenían a los presentes entretenidos, pero Mila no podía ignorar la mirada intensa que él le dirigía cada vez que pensaba que nadie lo notaba.
—Bienvenidos, señores y señoras, a esta noche tan especial… — El anfitrión habló desde el escenario, captando la atención de todos—. Hoy celebramos no solo el éxito de nuestra organización, sino también la unión de muchos socios que se suman a la causa, a través de nuestros líderes…
Marco sonrió desde su puesto, mientras los aplausos inundaban el lugar, pero Mila detalló que Mikhail ni siquiera llevaba la vista a Marco, ni mucho menos aplaudía.
—Me encantaría presentar a los líderes d