—Entonces, ¿tenemos un trato? —preguntó Bruno, con una sonrisa pícara y Mila se preguntó en cuantos tratos ya se había inmiscuido hasta ahora.
Asintió, consciente de la complejidad de la situación. La línea entre la realidad y la farsa se volvía cada vez más difusa, pero estaba decidida a mantener sus motivaciones en foco.
—Recuerda, Bruno, esto es solo un juego… Necesitamos asegurarnos de que nuestros inversores queden conformes, y además, hay algo… solo actuaremos así, frente a uno, ya que los demás, piensan que… tengo algo… serio con este hombre…
Bruno frunció el ceño y colocó los codos en la mesa, y sus dedos en la boca.
—Soy un actor consumado… —respondió Bruno, con una confianza que dejó a Mila preguntándose si había más detrás de esa fachada de chico despreocupado—. Pero me encantaría saber… ¿De quién se trata?
Ella apretó los dientes y miró sus manos.
—Confió en ti para esto…
—Lo sé… también estoy poniendo mi imagen en juego… y sabes perfectamente que nunca oficializo nada p