Mundo ficciónIniciar sesiónShanghai recibió a Diego con cielo gris acero y rascacielos que parecían cuchillos apuntando al cielo. El Bentley negro se deslizó por las calles congestionadas mientras Elena revisaba la agenda en su tablet, sus movimientos precisos como los de un cirujano antes de una operación delicada.
—La reunión es en el piso sesenta y ocho del Shanghai World Financial Center —informó sin levantar la vista—. Victor Zhang llegó esta mañana desde Hong Kong específicamente para verte.
Diego observó la ciudad a través del cristal tintado. Millones de personas hormigueaban por las aceras, cada una con sus propias ambiciones y desesperaciones, ajenas al hecho de que su futuro podría decidirse en una sala de juntas a seiscientos metros de altura.
—¿Qué sabes de él? —preguntó, ajustándose los gemelos de platino.
—Cincuent







