HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 6. Un momento de confianza
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 6. Un momento de confianza
Karina se ajustó la gabardina roja mientras esperaba a Mikhail en una butaca de su oficina. Aunque el maquillaje era perfecto, sabía que su verdadero desafío comenzaba ahora. La reunión sería su primera aparición pública en años, y aunque lo disimulaba bien, Karina podía notar los pequeños signos de su nerviosismo.
Cuando finalmente se metieron a aquel ascensor para bajar al piso de la reunión, ella se giró para quedar frente a él.
—Te ves muy bien —le aseguró ajustándole la corbata con un toque juguetón—. Solo recuerda una cosa: no te toques la cicatriz. Lo tienes perfecto, pero si empiezas a frotarte o tocarte la cara llamarás la atención sobre eso, y te pondrás todavía más nervioso.
Mikhail soltó un pequeño gruñido con su tono habitual de frustración, pero asintió.
—Es un maldito hábito —dijo, llevándose instintivamente la mano al rostro antes de detenerse a medio camino, haciendo una mueca—. Lo hago inconscientemente.
—Por eso