Kaem
— No vengas aquí aparentando que te importo cuando para ti no valgo ni medio dólar. — se le escapa una lágrima — ¿Así será nuestro matrimonio?
Me quedo callado.
— Kaem, te entregué todo de mí. Te he dado mi corazón dos veces y ambas me lo destrozaste con mayor intensidad, no soy de las que piensan que la tercera es la vencida porque si en dos oportunidades me dejaste hecha mierda, a la tercera termino muerta por ti y ¿sabes? Valoro mi vida.
Alejo mi vista de ella viendo cualquier cosa menos a la mujer que tengo enfrente, ¿Qué le puedo decir cuándo tiene razón? ¿Qué puedo hacer cuándo tengo miedo de dañarla definitivamente? Quisiera que me odiara, que me gritara y dijera todo lo malo que piensa de mí; en cambio, solo llora en silencio sin verme a la cara.
— Es por tu bien. — susurro.
— ¿Es por mi bien quedar humillada? ¿Es por mi bien estar con el corazón en la mano por tres meses sin saber de ti? ¿Es por mi bien quedar como la propia payasa? Si esta es la forma de quererme, ent