Capítulo 5

-Martina dile a Jean que venga a mi oficina, en este momento. –Dijo Dmitriy y luego colgó.

-¿Qué se supone que vamos hacer exactamente? Sin rodeos por favor. –Dijo Frederick.

-No seas impaciente Lavoie. –Dijo Dmitriy y justo en ese momento entro Jean.

-Buenos días. –Dijo aquel joven y Dmitriy asintió con la cabeza.

-Bueno como ya saben ambos trabajaran juntos. –Dijo Dmitriy y saco unas billeteras. –Desde hoy sus nombres cambiaran Frederick, te llamaras Burak Demir y tu Jean te llamaras Yusuf Demir, serán hermanos todo está listo para que comiencen sus labores. –Dijo Dmitriy.

- ¿Desde cuando comenzamos? –Pregunto Frederick.

-Dos días, en dos días comenzarán ya que ustedes están viajando de Turquía a Canadá.

-Yo no puedo ir e dos días, necesito hacer unas cosas. –Dijo Frederick.

-Sin excusas Lavoie o debo decirte Burak Demir. –Dijo Dmitriy.

-Está bien en dos días. –Dijo Frederick.

-Aquí están unos teléfonos celulares, estos tendrán que utilizarlos, no deben de colocar otros números ya que los estaremos rastreando. –Dijo Dmitriy. –Ahora si se pueden ir.

Ambos salieron de la oficina de Dmitriy.

-Jean, necesito que me hagas un favor urgente. –Dijo Frederick. –Ve a casa y busca mi laptop está en una caja fuerte dentro de mi closet por favor la clave ya te la doy, aquí están las llaves, me las puedes ir a dejar en la clínica y tráeme ropa por favor. –Dijo Frederick y salió apresurado a la clínica a buscar a Ilse.

Minutos después se encontraba en la habitación de Ilse y ella estaba profundamente dormida, el reloj ya iba a dar las 9 de la mañana, entonces Frederick por impulso se acercó a Ilse y con sus dedos comenzó a tocar el rostro de Ilse, la vio plácidamente dormir, no sabía cómo decirle que tendría que irse, dejarla sola ahora que él se había enamorado de ella, pero después de volver de aquel trabajo le contaría todo, absolutamente todo.

En ese momento Ilse comenzó a moverse y Frederick aparto sus manos, Ilse abrió lentamente sus ojos.

-Hola

-Hola ¿te levantaste o dormiste de lago? –Preguntó Frederick.

-Si –Dijo Ilse con una sonrisa y después de salió de su transe. –Re… recién me levanto, si… eso.

-Bien, entonces…

-Hola buenos días. –Interrumpió el doctor.

-Buenos días Doctor Tyler.

- ¿Cómo te sientes Ilse?

-Bien, me duele un poco la herida.

-Entonces voy a darte el alta para que puedas descansar en casa –Dijo el doctor y salió de la habitación.

-Gracias Doctor. –Dijo Frederick.

-Gracias. –Dijo Ilse.

-Ilse, llame a la universidad y ellos te darán un cupo, pero debes decirme para que profesión.

- ¿Y la beca? –Preguntó Ilse.

-Yo pagare tus estudios, no te preocupes.

-Gracias en verdad.

-No te preocupes, tómalo como un regalo de cumpleaños.

- ¿De cumpleaños?

-Sí, pero tengo que decirte algo. –Dijo Frederick

- ¿Me vas a botar del local? –Preguntó Ilse.

-No, no lo haría, pero … debo de irme por un tiempo, necesito que estudies ¿lo harás por mí?

-Si claro que voy a estudiar, pero... ¿Por qué te vas?

-Es algo complicado. –Dijo y tocaron la puerta en ese momento. Frederick se levantó abrir y vio a Jean en la puerta.

-Ten te traje ropa y lo que me pediste. –Dijo Jean.

-Gracias.

-Por cierto, aquí está mi número, el personal para ponernos de acuerdo la hora y lugar. –Dijo Jean y se retiró.

- ¿Quién era? wow ¿trajiste ropa? Bueno te trajeron. –Dijo Ilse

-Sí, pensaba que te quedarías un poco más y tenía que estar cómodo pequeña. –Dijo Frederick sin darse cuenta que le había dicho pequeña.

- ¿Qué?

- ¿Que de qué?

-Me llamaste pequeña.

-Acaso no te gusta?

-Es raro.

-Si así lo dices, este bien.

Se estaba riendo y llego la enfermera que había ayudado a Ilse, le saco el suero entonces Frederick saco un suéter y un jogger de color gris, se lo dio a la enfermera y está la preparo para poder irse a casa.

-Gracias por la ropa. –Dijo Ilse.

-Sí, te queda un poco grande lo siento. –Dijo Frederick.

Pero Frederick al verla con su ropa se enamoró un poco más, solo se limitaba a mirarla, no se dio cuenta cuando la enfermera salió del lugar, al verla de perfil sintió al muy fuerte quería besarla pedirle que fuera su novia, y poder tener algo serio con ella, sin más duda se acercó a ella, toco su cara la miro de cerca y sin duda la sujeto del cuello y la beso, pensaba que Ilse lo apartaría pero eso nunca sucedió y ella abrió sus labios un poco más aquel beso se sintió real para ambos, pero tuvieron que separarse por la falta de aire.

-Disculpa yo no quería. –Dijo Frederick.

A Ilse no le importo y se abalanzo al cuerpo de Frederick, el con gusto la recibió y la alzo, Ilse abrió sus piernas y las cerró en la cintura de Frederick y este se acercó a la pared cercana y la arrimo allí, estaban tan perdidos que no escucharon que la puerta se abrió.

-Disculpen. –Se escuchó alguien en la puerta y ellos miraron en aquella dirección.

-Discúlpenos doctor.

-No hay problema yo también fui así con mi esposa. –Dijo aquel doctor y a Ilse se le pusieron los cachetes de un rojo intenso.

-Solo venía a dejarte esta receta con los medicamentos y en dos días Ilse tendrá que venir a sacarse los puntos.

-Este bien gracias. –Dijo Ilse y el doctor salió.

Ambos no dijeron nada, salieron de la clínica, llegaron al estacionamiento, Frederick le abrió la puerta a Ilse, esta subió, rodeo el auto y subió pero antes de irse el hablo.

-Me gustas Ilse. –Dijo sin más.

-En serio le gusto?

-Si, después de que entraras al local me enamore de ti, siempre te veía de lejos, pero revise tu carpeta y me di cuenta de que eres menor de edad, incluso lo eres, pero lo siento si al besarte fue un impulso…

-Yo también lo admito, me gustas, pensé que me despedirías y si lo hacías iba a odiarte, pero en el fondo me gustas.

-Me gustaría tener algo contigo, pero quiero que cumplas la mayoría de edad.

-Está bien. –Dijo Ilse y coloco su mano encima de la de Frederick.

- ¿Te gustaría quedarte en mi departamento? –Dijo Frederick sin más.

- ¿Ahora?

-Si tú quieres, vamos.

-Frederick.

-Pues me gustaría que lo estés cuando yo me vaya, te quedaras cómoda, mi casa queda cerca de la universidad y no correrás peligro.

-Tendrías que decírselo a mamá.

-Bueno. –Dijo y le dio un beso en la mano a Ilse.

Llegaron a casa de Ilse y ella estaba realmente nerviosa por todo lo ocurrido, desde que inicio el viaje y llegar a su casa Frederick jamás solo su mano, eso provoco algo, algo que ya había sentido cuando ella se levantó y tenía la cara de Frederick en sus manos.

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