- ¡Tío!
Lo abrazo por la espalda tomándolo por sorpresa lo cual produce un ligero brinco de su parte debido al susto.
Gira su cuerpo para corresponder a mi abrazo y nos mantenemos en esa posición unos segundos.
- Te he extrañado.
Me toma de los hombros para mirarme fijamente y puedo notar el reproche en sus palabras.
Bajo la mirada avergonzada por no haberme puesto en contacto con él desde hace un mes.
- Lo lamento.
Trato de mirarlo a los ojos, sin embargo, mi tío Daniel toma mi mentón y lo levanta para que muestras miradas se conecten.
- Tranquila, sé que estuviste ocupada las últimas semanas.
Sus palabras me alivian, ya que ahora sé que no se siente molesto conmigo, no obstante, realizo una nota mental