Capítulo 34. Final feliz.
Sostengo el periódico entre mis manos, levando a la altura de mi rostro con la intensión de ocultarme. Empiezo a creer que fue una mala idea, venir al aeropuerto a comprobar que Frederick tome un vuelo de doce horas.
Bajo el periódico un par de centímetros para observar a Frederick y a sus padres conversando a los lejos. Sé que no debería estar aquí. Si Frederick llega a notar mi presencia, podría tratar de acercarse.
Levanto la mirada en dirección a la pantalla donde exponen la información de los próximos vuelos que despegaran y, por quinta vez, reviso la hora en la que despegará el vuelo de Frederick. Siete horas y doce minutos de la noche. Falta cinco minutos para las seis y empiezo a desesperarme por verlo marcharse.
Una mujer se encuentra parada a unos dos metros de Frederick, observándolo con una expresión de desprecio en el rostro. Jamás la había visto, sin embargo, deduzco que se trata de su esposa.
- ¿Se puede saber qué haces aquí?
La voz de papá me toma por sorpresa